Sobre la circularidad

¿Qué es la circularidad?

La circularidad es un nuevo modelo económico que, comprometido con el medioambiente, y conociendo las limitaciones del planeta:

  • Cuestiona y reevalúa las necesidades humanas
  • Utiliza la mínima cantidad de recursos naturales posible para satisfacer las necesidades de las personas
  • Selecciona de forma inteligente y responsable los recursos, minimizando los no renovables, y favoreciendo el uso de materiales reciclados o biomateriales
  • Gestiona eficientemente los recursos utilizados, manteniéndolos y recirculándolos en el sistema tantas veces como sea posible, minimizando la generación de residuos. Idealmente, incluyendo los materiales, en “bucles infinitos” de reutilización
  • Minimiza los impactos ambientales y favorece la restitución de la naturaleza fomentando su regeneración
  • Busca cuidar y mejorar la salud y el bienestar de las personas y el resto de los seres vivos, poniendo en valor las actividades humanas

Vivimos en una “isla”, el planeta Tierra está flotando en el espacio y tiene recursos limitados, que se están extinguiendo rápidamente para abastecer el estilo de vida de la humanidad. El único recurso que proviene de fuera del planeta es la energía solar. Ésta permite el crecimiento de las plantas y, por lo tanto, es el elemento crucial para proveer de alimento y otros biomateriales, como madera o cáñamo. El resto de los recursos en nuestro planeta son de origen mineral, y por tanto, no son renovables, no al menos en la escala de tiempo humana. Es necesario tomar medidas adecuadas y es necesario hacerlo ya. La solución debe apostar por la circularidad, en todos los ámbitos de la vida cotidiana y, por tanto, apostar también por lograr un hogar más sostenible.

¿Qué es la economía lineal?

La economía lineal es la manera predominante en que desarrollamos nuestras vidas y satisfacemos nuestras necesidades. Los materiales y los combustibles fósiles que extraemos de la naturaleza, utilizados para numerosos propósitos, son desechados una vez han cumplido su objetivo. Con demasiada frecuencia, estos materiales son clasificados como basura, residuos o desperdicios demasiado pronto, y su valor inherente muy pocas veces es reconocido más allá de su uso inicial. Cada pieza del equipamiento que utilizamos (incluyendo nuestros edificios o tecnologías, por ejemplo) están hechos a partir de una serie de elementos no renovables. 

¿Qué problemas conlleva?

Los efectos derivados de los ciclos de vida de los materiales –desde su extracción, pasando por la cadena de producción, su uso y la generación de residuos– son con frecuencia peligrosos y suponen una amenaza para el ecosistema. La vida en el planeta es cada vez más difícil e incluso casi imposible para muchas especies, incluidos los seres humanos. La incesante extracción de materiales y el uso creciente de recursos no renovables en un planeta limitado no es posible, y trae consigo diversos problemas, empezando por una crisis climática y de biodiversidad. Pronto se hará evidente la falta de fósforo, que es el elemento clave para los fertilizantes y la producción de alimentos. 

¿Qué es la economía circular y por qué es la solución a los problemas medioambientales?

La economía circular es un modelo que se esfuerza por recuperar el mayor número posible de materiales una y otra vez utilizando el ingenio humano; el objetivo es minimizar el número de materiales y elementos que consideramos residuos, mediante diferentes maneras de reducirlos, reutilizarlos, reciclarlos, y usando durante estos procesos energía renovable, por ejemplo, EL papel de desecho utilizado para el aislamiento de edificios. Aplicando nuevas prácticas similares, se obtiene la posibilidad de disminuir el uso de fuentes no renovables y empezar a favorecer la posibilidad de supervivencia a largo plazo en el planeta Tierra, reduciendo nuestra huella ecológica.

¿Por qué nos centramos en la vivienda y la construcción?

Los edificios son responsables de gran parte de nuestro impacto ambiental, suponen aproximadamente la mitad de las emisiones CO2 que generamos y del material que usamos. Al mismo tiempo, los edificios son una parte imprescindible en nuestras vidas, por ejemplo, los tejados ofrecen protección contra el frío y el calor, aportan seguridad, permiten desarrollar actividades de ocio y proporcionan entornos de trabajo agradables. Los edificios y los espacios cerrados tienen un gran impacto en nuestra salud y bienestar.  Por lo tanto, los edificios son una de las piezas cruciales del rompecabezas, que debe abordarse desde un punto de vista circular. Dado que un porcentaje muy alto de la población humana pasa casi el 90% de su tiempo dentro de los edificios, estos son también uno de los aspectos en los que las personas tienen la posibilidad de reducir el consumo.

Líneas de actuación

Producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias y reutilización del agua.  

El consumo y la producción están interrelacionados; si consumimos menos de todo (decrecimiento), habrá que producir menos.  A menudo no somos conscientes de la diferencia entre nuestras necesidades reales, que tienen que ser satisfechas para permitir una vida satisfactoria, y los deseos artificiales creados por la sociedad en la que vivimos, rodeados de publicidad y marketing. Por ejemplo, cuestionar críticamente el valor que tienen elementos producidos a partir de madera en nuestros hogares (como, por ejemplo, armarios, sillas o mesas de comedor), y la necesidad de cambiar este hábito de forma frecuente, es uno de los aspectos a tener en cuenta para crear un impacto positivo. Además, es necesario tomar conciencia sobre qué sucede con los objetos y materiales una vez que llegan al ciclo final de su vida (es decir, su utilidad inicial, su propósito).

Una gran mayoría de los recursos de nuestra vida cotidiana, incluidos los objetos que forman parte de nuestros hogares y edificios, tienen el potencial de alargar significativamente su vida útil, al reutilizarlos para otros fines o contextos menos exigentes, o, finalmente reciclarlos, para crear materiales más básicos o nuevos objetos. Puede que no siempre seamos conscientes, pero también el agua requiere energía para su adecuación y distribución, por lo que, además, de ser un elemento esencial que permite la vida, su ahorro también supone una reducción de energía e impacta positivamente en el cambio climático.  

Fases de circularidad en la vivienda

En nuestros hogares, lugares de trabajo, etc., en los que habitamos y desarrollamos nuestra vida cotidiana, podemos integrar la circularidad empezando con sencillas prácticas, que nos ayudarán a experimentar y entender lo que significa alargar la vida útil de los materiales. Podemos comenzar utilizando los diferentes materiales de construcción, o alargar la vida útil del mobiliario de nuestras viviendas – por ejemplo, las sillas y los frentes de la cocina, mediante su renovación y reparación, por ejemplo, con una nueva capa de pintura, en lugar desecharlos y reemplazarlos ante el menor signo de desgaste. Si nuestra vivienda necesita una reforma, es posible trasladar la práctica circular a edificios de forma similar. Por ejemplo, mediante el mantenimiento de los elementos, como las ventanas, solicitando que las empresas proveedoras adquieran biomateriales o materiales reciclados, o bien planificando a conciencia el desmontaje de los edificios antes de renovarlos y volver a construirlos para incorporar tantos materiales existentes como sea posible.